El futuro y las nuevas tecnologías apuntan a mundo cada vez mas verde y menos gris, cada vez apuntando a un mayor cuidado del medioambiente, aunque en algunos países esos pensamientos ecológicos que se dirigen a mejorar la calidad de vida de las personas tienen mas prioridad que en otros, Argentina parece estar acercándose progresivamente a ese pensar aunque con 13 años de demora.
Ya pasaron 13 años desde el lanzamiento del Toyota Prius, un auto que en su momento y en éste continúa siendo una revolución a lo conocido en medios de transporte. El vehículo es tecnológicamente superior a cualquier auto gracias a ser un automóvil híbrido que combina la practicidad del uso de un motor de combustión interna con el apoyo y la eficiencia de un motor eléctrico.
El Prius salió al mercado en 1997, hoy existe la segunda versión de éste automóvil innovador de la empresa japonesa y es ésta misma en su segmento mas equipado la que llega a nuestro país a un precio de U$S 49.700. Claro, sus casi cincuenta mil dólares convierten al Prius en un auto de elite y para unos pocos que, como me dijo el instructor del test drive, quieren tener el orgullo de ser los primeros poseedores del primer auto híbrido en llegar a nuestro país.
Las ventas de éste auto ecológico demuestran que traerlo no fue un error, llegaron a la Argentina 50 unidades y se vendieron todas. Si bien para ser sinceros quien tiene U$S 49.700 (casi $190.000 a un dólar de $3,83) hoy en día para desembolsar en un auto no es una persona que esté muy atenta al consumo de combustible, ya que sus ingresos mensuales también podrían solventar el mantenimiento de cualquier otro vehículo importado que compita en ese segmento de dinero, como bien pueden ser autos de marcas mas “clásicas” como: Mercedes Benz, BMW, Audi, Volvo, SEAT, entre otras.
La tecnología avanza y hablar de una medida “PRO” en un país dirigido por los “K” suele ser, por lo menos, contradictoria. Sin embargo el gobierno está evaluando una pequeña exención, o por lo menos, reducción impositiva al Toyota Prius por tratarse de un modelo híbrido, el cual puede apuntar a mejorar la calidad de vida de las personas y el medioambiente. La reducción impositiva sería próxima a los U$S 10.000 (el costo promedio de un auto de inicio de gama en la actualidad) dejando ubicado al Prius en casi U$S 40.000.
Cuesta mucho imaginar un futuro sin autos con motores de combustión interna, sin embargo eso es lo que viene (casi por no decir que es lo que pudo haber sido), pero la realidad dista mucho del sueño de la independencia del combustible fósil. El petróleo fue, es y será usado para muchas cosas, es el elemento primario para la obtención de muchos otros materiales y otros combustibles, y hace ya mas de 20 años que nos vienen diciendo que “el petróleo en 10 años se va a acabar...” ¿quién lo cree...?.
A los fines prácticos el combustible de origen fósil resulta ser lo mas eficiente para movernos: brinda buenos márgenes de autonomía, fácil recarga sin mayores riesgos y su obtención, transporte y distribución ya es algo totalmente bien instalado. Con esto quiero decir que los autos eléctricos se acercan, y van creciendo, pero no son algo accesible para nosotros, los sudamericanos, que contamos con escasa tecnología y dependemos de la importación para tener los mayores avances. No somos productores de tecnologías, somos fabricantes, si nos dejan. En Europa, “el primer mundo”, ya cuentan con algunos vehículos 100% eléctricos, pero no hay que olvidarse que la electricidad también hay que generarla y que las baterias en los autos ocupan lugar y pesan. Por el momento el “auto eléctrico” es meramente un artículo de lujo para moverse por la ciudad.
La solución está en los híbridos, el Prius es el primero en traer esta tecnología que no nos independiza del surtidor, pero no hace ir menos veces. Mientras que un auto normal con 40 litros de combustible puede recorrer hasta 550km, un Prius con esa carga puede llegar a recorrer 1.200km, es decir, mas del doble ofreciendo las mismas prestaciones.
Todo es cuestión de reducir el consumo, de mejorar el rendimiento y de hacer regulaciones medioambientales más serias y más comprometidas con la causa. La pregunta es: ¿Realmente cuántos de nosotros hacemos algo por cuidar el medioambiente...?.